La piedra, uno de los materiales más antiguos, ha sido utilizada por su durabilidad y resistencia, siendo emblemática en monumentos históricos. El ladrillo, versátil y económico, sigue siendo popular por su capacidad de aislamiento térmico y su aspecto cálido. El acero y el hormigón, introducidos en la arquitectura moderna, han permitido la construcción de edificios más altos y resistentes, redefiniendo los horizontes urbanos.

El vidrio, con su transparencia y ligereza, ha revolucionado el diseño contemporáneo, creando espacios llenos de luz y conexiones visuales con el entorno exterior. Sin embargo, la sostenibilidad ha llevado a un mayor uso de materiales reciclados y ecológicos, como el bambú, la madera certificada y los paneles solares, que reducen el impacto ambiental de las construcciones.

En resumen, la elección de materiales es fundamental en la arquitectura, ya que no solo determina la apariencia y funcionalidad de los edificios, sino también su impacto en el medio ambiente y la calidad de vida de sus habitantes.